Fuente: Nuevaalcarria.com
Sus trabajos forman parte de un calendario. Los fondos que se recauden de su venta irán destinados a potenciar la educación en el tercer mundo.
La presidenta de Diputación provincial, Ana Guarinos; el vicepresidente del Consorcio de Bomberos, Javier del Río; y la coordinadora de Educación de la Junta, Violeta Miguel, han presidido en un Salón de Plenos de Diputación abarrotado de padres, profesores y directores de colegios procedentes de toda la provincia, el acto de entrega de diplomas a los escolares premiados en el IV Concurso de Dibujo del Consorcio de Bomberos.

Una docena de ellos, de entre los 1.800 participantes, han sido los encargados de recoger el galardón, consistente en 70 euros al primer premio; 60 el segundo; 50 el tercero y 40 euros el cuarto, así como 200 euros al colegio ganador. Todo el importe deberá ser destinado a la adquisición del material escolar.
De la misma manera, los trabajos ganadores forman parte de las ilustraciones de un calendario editado por el Consorcio de Bomberos. Los fondos procedentes de su venta, a cuatro euros cada uno, irán destinados a la ONG Madreselva para financiar los proyectos de fomento educativo que desarrollan en los países empobrecidos. El calendario recoge una serie de recomendaciones con el objetivo de prevenir los incendios.
La presidenta de la Diputación provincial de Guadalajara, Ana Guarinos, se dirigió a estas “jóvenes promesas del dibujo y de la sociedad” y destacó la importancia del logro alcanzado por los 12 niños que recogieron sus premios: “Todos lo han hecho bien, pero 12 lo han hecho muy bien y por eso doy a todos los participantes la enhorabuena”, señaló.
De la misma forma quiso resaltar el valor de los galardones “para que os podáis seguir formando y poder seguir ganando estos premios, por estos dibujos tan bonitos”, se dirigió a los escolares presentes con un lenguaje que pudiera ser entendible para ellos, que ocupaban los asientos de los diputados provinciales en el Salón de Plenos de la Diputación y que sobre cada una de sus mesas tenían su calendario. Un calendario que, a su juicio, tiene un gran valor, porque los fondos que se recaudarán “irán a parar a sitios donde no hay colegios, ni profesores y, donde los hay, los niños se tienen que desplazar en muchas ocasiones lejos de sus casas”. Sin embargo, gracias al dinero que se enviará a estos países empobrecidos -prosiguió- “se aumentarán las posibilidades de educación, de saber, aprender y estudiar; estáis ayudando con vuestro esfuerzo a otras personas en otros lugares del mundo que no pueden pintar, ni recibir educación”.

